La agrometeorología es una disciplina que trata de hacer una interface entre el estudio de la atmósfera y las ciencias biológicas, la vida de las plantas y los animales. Su finalidad es ubicar los lugares geográficos donde las condiciones climáticas son más favorables para la producción agrícola ganadera. Sin embargo, la ocurrencia de fenómenos no es tan fácil de predecir.
¿Cómo afectan a los cultivos los cambios de los regímenes de lluvia?
“Hay cultivos de verano y de invierno. Los cultivos de invierno son menos exigentes en agua. Si durante el verano llueve de manera adecuada, aunque en invierno las precipitaciones disminuyan los cultivos tienen suficiente humedad en el suelo para crecer y desarrollarse. Por eso es tan importante el régimen de precipitaciones”.
¿Cómo se deben leer los datos de lluvia?
“Estudiar el régimen de precipitaciones es complicado porque no es una variable continua. Lo más común es que no llueva. Para comparar hay que mirar períodos de cincuenta o cien años, para después sí caracterizar el régimen de lluvia de una región. La sequía si bien está relacionada con la cantidad de agua precipitada también es importante saber la situación de agua o humedad del suelo. La actual sequía comenzó en 2019 y 2020. El último verano se acentuó. Y por el momento no hay indicadores de que la sequía se haya cortado”.
Así como existe la globalización económica ¿en materia climática hay una interrelación entre lo que sucede en diferentes regiones del mundo?
“Absolutamente. Hace mucho tiempo se estudiaba la atmósfera y los océanos cada uno por su lado. Hasta que se descubrió que existe relación entre ambas cosas. El fenómeno del niño es cuando se produce un calentamiento en el mar, que afecta la circulación de la atmósfera y produce grandes lluvias. El niño tiene ese nombre porque pescadores peruanos descubrieron ese fenómeno cerca de la navidad. La niña es todo lo contrario: un fuerte enfriamiento del mar que hace que se desplacen las precipitaciones hacia el lado de Australia e Indonesia”.
¿Cómo se explica la actual sequía? ¿Es fácil establecer las causas?
“No se puede explicar fácilmente por qué hay una sequía. Del mismo modo, la década del ’70 fue una época muy lluviosa y no había una explicación clara sobre las causas. Cuando ocurre el fenómeno del niño, nosotros tenemos abundantes precipitaciones y en el noreste de Brasil hay sequía. También se está estudiando la conexión entre la niña y el fenómeno de los huracanes en la costa de Florida. Hay ciertos fenómenos que se están estudiando e investigando de manera permanente, con el apoyo de satélites y la tecnología más avanzada”.
Como científica, ¿cuál es su visión del problema del cambio climático?
“En América Latina el 85 % de las personas creen que el cambio climático se debe a la acción del hombre. En cambio, en EEUU y Polonia más del 25 % de la población cree que el cambio climático no es un peligro. Las encuestas también marcan que las mujeres son las más sensibles frente a este tema. Pero el cambio climático es un tema esencialmente político. Cada persona puede tomar conciencia sobre los residuos y disminuir la contaminación. Pero las medidas de fondo las deben tomar los grandes países y los líderes políticos”.
¿Se puede ser optimista de cara al futuro?
“Para el 2030 no se va cumplir con las metas previstas. Si Estados Unidos dice que el calentamiento global es una mentira, si Rusia se hace la distraída y si China sigue sentada sobre una mina de carbón, lamentablemente la situación no va cambiar”.