De estos 20 años de existencia, el Decano de la FCA, Dr. Norberto Gariglio resaltó “varios hechos de suma importancia. Entre ellos, el crecimiento cuantitativo y en formación académica de la planta docente, que ya había comenzado con el programa FOMEC a mediados de la década del '90 y continuó con PROMAGRO en la década siguiente. Prácticamente la mayor parte de la formación académica de los docentes se produjo en estos últimos 20 años. Esto permitió aumentar la cantidad de cursos de posgrado dictados por docentes de la casa, y con ello la creación de seis de las siete carreras de posgrado con que cuenta la FCA en la actualidad. Solamente la Maestría en Extensión Agropecuaria es anterior a este período”.

También “en estos últimos 20 años se ha dado el nuevo crecimiento edilicio de la facultad, se construyeron oficinas, laboratorios, aulas, se abrieron  cuatro campos experimentales, se adquirió importante equipamiento científico y para los campos experimentales, así como material didáctico” indicó.

Otro aspecto considerable son “las acreditaciones de las carreras de grado y de posgrado, con resultados que han posicionado a la FCA entre las mejores del país y del MERCOSUR”.
Se suma “la relación con el medio, la extensión, la vinculación con las empresas, son actividades que fueron incrementándose paulatinamente. En la actualidad la FCA está con agendas de trabajo interinstitucionales tratando de colaborar con la resolución de los problemas de la región, incluso coordinando algunos de estos espacios. Los temas son muy variados, tales como la problemática de los fitosanitarios en el ámbito periurbano, la problemática hídrica, la educación rural, numerosos espacios de trabajo en los que convoca el gobierno provincial, entre otras actividades” destacó Gariglio. 
Asimismo valoró “la radicación de investigadores formados y la reciente creación del Instituto doble dependencia UNL - CONICET (Instituto de Ciencias Agropecuarias del Litoral; ICiAgro Litoral)”.

Al ser consultado sobre los desafíos que tiene por delante su Gestión al frente de la FCA, Gariglio señaló que “en la medida que se superan etapas, los desafíos se renuevan. Queremos estar cada vez más y mejor vinculados con el medio y con los graduados, diversificar la oferta académica de todos los niveles, lograr que la investigación sea más aplicada a las problemáticas regionales, hacer investigación en vinculación con empresas, teniendo como antecedentes el proyecto FONARSEC con la empresa Las Taperitas S.A. referido al aprovechamiento de los desechos pecuarios; con el semillero Peman sobre desarrollo de variedades y especies de forrajeras nativas; y con la Asociación Unión Tamberos (AUT) para la obtención de nuevas variedades de alfalfa con adaptación sitio-específico, entre otras. También tenemos el desafío de aumentar la presencia de la FCA en los centros Universitarios, en estos momentos con mayor dedicación al de Reconquista - Avellaneda (CURA)” puntualizó el Decano.

 

Debates y trabajo a  conciencia

En relación al trabajo desarrollado para la creación de la FCA, la Dra. Adriana Engler, Consejera Directiva y Vicedecana,  sostuvo que “todo el trabajo se desarrolló, en principio, por fuera del CD para poder lograr los acuerdos necesarios y tomar la importante decisión que significaba el comienzo de dos unidades académicas nuevas, la Facultad de Ciencias Agrarias y la Facultad de Ciencias Veterinarias, surgidas de la reconocida FAVE. Recuerdo que varios años antes (entre 1991 y 1992), y teniendo en cuenta el crecimiento de la matrícula de las dos carreras de grado que se dictaban en ese momento, la necesidad de ofrecer formación de posgrado, la puesta en marcha de servicios, la necesidad de nuevos espacios de trabajo demandados por el surgimiento de nuevas disciplinas o la incorporación de docentes e investigadores muchos de ellos formados fuera de la institución, comenzaron a generarse y construirse las ideas que motivaron la decisión final. En ese momento se analizaron debilidades, fortalezas, futuro de la institución, líneas de trabajo, futuro deseable para la FAVE. Años más tarde, en 1995, y después de atravesar un proceso de diagnóstico y de pensar alternativas de  planeamiento estratégico y posibles escenarios futuros, fue necesario definir si continuábamos como hasta ese momento siendo una sola unidad académica con dos carreras de grado o si nos constituíamos en dos facultades diferentes. Fue necesario entonces discutir y debatir formalmente un nuevo “proyecto de institución”, pensar un rediseño para la FAVE. Lo que en principio comenzaron siendo conversaciones, debates e intercambio entre algunos se convirtió en un trabajo intenso de horas y horas, con la guía y la ayuda de expertos tanto nacionales como internacionales. Recuerdo que en todo el intercambio hubieron posiciones muy diferentes y, en algunos casos, totalmente dispares. En las largas y continuas jornadas de trabajo se mezclaban las manifestaciones de “algunos muy apasionados” y otros “más racionales”. En favor y en contra, cada una de ellas perfectamente justificadas y fundamentadas. Por un lado se lograría la creación de dos facultades, nuevos rumbos, improntas propias para cada una de ellas pero también era necesario consensuar espacios administrativos y académicos comunes que debían planificarse y organizarse para que nada dificulte el funcionamiento y crecimiento futuro. Así en 1997 la Asamblea Universitaria aprueba la decisión surgida en consenso desde la FAVE y después de un año de decisiones y acuerdos tanto administrativos como académicos, en 1999 asume el Ing. Agr. Hugo Erbetta como primer decano. En ese momento fue todo un desafío y, de alguna manera, lo sigue siendo en estos días. Como participante comprometida con la institución durante todo ese proceso e integrante del Primer Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Agrarias en representación del estamento docente, entiendo que fue un trabajo que hoy tiene sus resultados y que, aquella trasformación permitió el crecimiento individual tanto de la FCA como de la FCV, ambas aportando hacia el fortalecimiento de la UNL.

Como Consejera Directiva, la profesora resaltó que ese momento “fue muy importante. Recuerdo que tuvimos que trabajar mucho, especialmente para dar respuesta a todo lo que iba surgiendo. Desde la implementación de un nuevo plan de estudio hasta lo cotidiano que requería poder tener claramente definidas y reglamentadas las cuestiones de funcionamiento compartido. La distribución de espacios, administración de recursos, distribución de personal administrativo y de maestranza, reordenamiento de tareas, debate del nuevo organigrama de gestión propuesto… todo había que hacerlo, analizarlo y debatirlo. Debimos adecuar la reglamentación existente y generar todo lo necesario para poder, en primer lugar, comenzar a funcionar para más adelante asumir nuevos desafíos. Desde el punto de vista académico fue profundo el debate para la incorporación de propuestas de pregrado y posgrado. El trabajo fue intenso pero a la vez gratificante. Los logros iban apareciendo y, desde mi punto de vista con resultados muy positivos. Realmente toda la comunidad trabajó mucho para llegar hasta hoy con todo lo que la FCA brinda. En lo personal significó involucrarme totalmente con el cambio y trabajar para superar los objetivos definidos en los años previos a la resolución de creación de las dos facultades. Desde aquel momento sigo formando parte del Consejo Directivo en representación de los docentes titulares y asociados acompañando las decisiones institucionales”.

 

“Cambiaría la historia…”

Fue un momento difícil porque se tomaba una decisión que cambiaría la historia. Éramos una sola facultad, la FAVE; éramos una marca, que aún hoy en día perdura. Dentro de la FAVE somos dos facultades distintas, hay un tronco común que se respeta y no se olvida.

Considero que hubo mucho trabajo de las comunidades de cada Facultad. Hubo consenso, muchas acciones y diálogos para ponerse de acuerdo en cosas grandes y pequeñas.

Si bien en la FAVE hay una rica historia de convivencia y de trabajo, había cuestiones académicas, de representatividad de los cuerpos colegiados de la Universidad que nos ponían en dificultades respecto al funcionamiento. Cuando decimos que se potenció, es porque la FAVE obtuvo doble representación en los cuerpos colegiados y, con ello, mayor peso.

A partir de allí se trabajó en generar una ingeniería administrativa para que nos permita, con la misma cantidad de gente, el funcionamiento de cada  una de las facultades. Y hoy en día se mantiene.

En este sentido, el volumen de trabajo de la Facultad permitió y permite que se incorpore personal muy capacitado y en este momento me siento orgulloso de aquella decisión, por haber participado de aquel trabajo previo y de aquel Consejo; y después de haber sido autoridad.

Si uno analiza el contexto general, es una línea histórica que se mantiene: de participación, consenso y trabajo con nuestra comunidad y con la ciudad de Esperanza, con el apoyo de la Universidad.

 

Ing. Agr. Luis Rista
Decano FCA
2006-2014