El trigo es el cereal de invierno de mayor importancia en Argentina. Es un eslabón fundamental en la conservación del recurso suelo de los sistemas productivos, en los que domina el cultivo de soja. La optimización del manejo tiene como objetivo achicar la brecha de rendimientos entre los máximos alcanzables y los potenciales de una región de manera sustentable, dependiendo este último de la radiación solar capturada y de la temperatura incidente para un genotipo determinado. En condiciones de secano el rendimiento del cultivo está limitado por el consumo de agua durante el ciclo, siempre que los demás aspectos de manejo hayan sido cubiertos adecuadamente (elección fecha siembra, densidad, fertilización, control enfermedades y plagas).


El rendimiento puede ser explicado por un modelo simple analizando sus componentes numéricos, como son el número de granos y el peso final de los mismos, siendo el peso determinado por producto entre la tasa y duración del llenado. Numerosas evidencias muestran que de estos componentes, el número de granos es el que mejor explica las variaciones del rendimiento final. El número de granos por unidad de superficie depende del número de plantas y espigas logradas m2, número de espiguillas por espiga y número de granos fijados por espiguilla, definiéndose este último durante el período crítico del cultivo de trigo 20 días antes y 10 posteriores a antesis.


En la campaña 2016 el rendimiento medio del cultivo de trigo en la provincia de Santa Fe fue de 3445 kg ha-1 y en el departamento Las Colonias de 3200 kg ha-1, valores éstos por encima del rendimiento medio de los últimos 15 años -2622 kg ha-1-. La superficie sembrada fue de 86600 ha, un 38 % superior al promedio de siembra en el Departamento para el mismo período.

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