Lo hizo a través de la Conferencia Magistral  "El sinuoso camino de la educación: el aula y la vida, entre el encuentro y el desencuentro. Una revisión crítica desde la `condición humana´"

Una de las afirmaciones expresadas por el profesional llamó la atención a los presentes, y es el de “joven silvestre”. Al respecto llamó a pensar sobre qué es una planta silvestre, por ejemplo, y a partir de allí abordar la incomunicación entre docentes y alumnos, y la necesidad de mejorar esta situación enseñando a través de “un proyecto de vida”. 
Otro aspecto fue discutir no sólo cuál es la currícula del futuro sino qué va a pasar con los sujetos humanos? Al respecto, señaló que el futuro de la educación va a pasar por preguntarse cómo podemos pensar en un proyecto de vida? Para ello hay que tener en cuenta la complejidad.  “Esto obedece a una interacción de elementos que si no se los toma por separado, no se logra diagnosticar y dimensionar el problema. Las interacciones entre las diferentes partes dan origen a situaciones emergentes. Y allí tienen un papel primordial dos elementos complejos: la sociedad y el ser humano”.
Para Motta “la educación debe poner no tanto el énfasis en la información y la explicación sino en la comprensión humana, y dentro del campo de la comprensión humana lo que hay que entender es la incomprensión humana, yo creo en alternativas al tipo de mundo que tenemos, a eso nosotros le llamamos sociedad”.
Para Motta, vivimos una crisis de gobernabilidad por más que cambien los gobiernos. “Hay una crisis de escala de desarrollo y transformación de la especie de los humanos desarrollados sobre el planeta. Nos encontramos en un mundo globalizado, que se presenta en constantes cambios, tanto filosóficos como informáticos y políticos, donde el ser humano debe adaptarse a esos cambios” mencionó.
El método educativo es una creación de condiciones de posibilidad para que cada uno pueda desarrollar un proyecto de vida. Por ejemplo, necesito un profesional que tenga su proyecto de vida y capacidad de ser persona. Es la paradoja del método de educación.
En la actualidad, “falta la capacidad de verme ver; de pensarme pensando; de pensar profesionalmente como profesional. Falta la capacidad del ser humano de pensarse como ciudadano de Esperanza, por ejemplo”.
En este sentido, indicó que “enseñar la reflexión humana es lo que falta. La voluntad reflexiva es el mayor patrimonio que puede ofrecer la educación, y esto es la capacidad de intervenir sobre mi sistema de decisiones; la capacidad de intervenir sobre mi libertad y diseño; la capacidad de intervenir sobre mi proyecto. Y la responsabilidad que eso implica” consideró. 
A partir de allí, planteó dos desafíos. Por una parte, que se plantee la planetarización a partir de un solo modo de vida; o donde el modo de vida tenga y apueste a la diversidad. “Es una posibilidad de hacer una mejora de la especie… pero quién la controla” inquirió y dejó como interrogante. 
Para finalizar apuntó a “ejercitar la comprensión, cuya base es partir del dato de la incomprensión”.

Pensamiento complejo
Para Motta “el pensamiento complejo es una búsqueda que favorece la capacidad de articulación, es decir, fomenta la capacidad de pensamiento, de crear vínculos y articulaciones en una sociedad o en un modelo de conocimiento que privilegia el análisis y la separación”.
Al ser interrogado sobre las principales fortalezas del pensamiento complejo, el profesional
sostuvo que “la idea es que no hay una verdad última. La idea que no hay una salvación externa al hombre. El hombre es el que se salva y el hombre es el que se destruye. Y esto es parte componente del hombre. Y la idea de búsqueda, porque no es un mensaje, el pensamiento complejo es una búsqueda”.