Cuando estaba casi en el inicio de su carrera Marcela Emilce Weber comenzó a dar clases y desde entonces no paró. A diferencia de otros egresados de Ingeniería Agrónoma que cuentan los días para trabajar en el campo, ella encontró en las aulas el mejor espacio para ejercer su profesión y seguir actualizándose.  

“Siempre tuve relación con la docencia y la investigación, desde que era estudiante de segundo año de Ingeniería Agrónoma y entré a trabajar en distintas cátedras”, contó. En el año 2000, con su título de grado en mano y una carrera docente por delante, debió alejarse de las aulas por un problema de salud durante su embarazo. Al volver, lo hizo ad honorem, para sumarse a la cátedra de Floricultura en la que había encontrado su lugar. “Cuando se abrió la maestría empecé a cursarla como una forma de retribución de ese cargo en el que siempre había trabajado. La experiencia me encantó, hice mi tesis en lo que era mi tema de investigación y resultó muy llevadero y muy aplicable a lo que después fue mi trabajo”.

A punto de comenzar su octava cohorte, la Maestría en Cultivos Intensivos es una de las propuestas de posgrado que dicta la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional del Litoral, y que además incluye el Doctorado en Ciencias Agrarias, la Maestría en Extensión Agropecuaria, y las especialidades en Cultivos Intensivos o en el área de la Producción Lechera.

Destinada a egresados de Ingeniería Agraria o carreras afines, la maestría se dicta de manera presencial durante dos años y tiene las inscripciones abiertas todo el año, con inicio del ciclo lectivo en marzo.

Un campo de acción cada vez más amplio

A diferencia de otros posgrados, el área de cultivos intensivos se presenta en dos modalidades, según el interés de los estudiantes: la Especialización tiene una formación que permite ampliar y actualizar los conocimientos metodológico-prácticos, y la maestría, que busca desarrollar capacidades intelectuales para identificar y resolver problemas propios de esta área de las Ciencias Agrarias.

“Si uno quiere una formación para trabajar a campo tendría que seguir la especialidad u otro tipo de posgrado que te habilite más para la parte técnica. La maestría en cambio, se enfoca más a la docencia e investigación, pero dentro de un campo muy amplio. Porque los cultivos intensivos abarcan frutales, flores, hortalizas, y todo lo que implique una producción intensiva en agronomía. Además, también está la agricultura urbana, que se puede aplicar a nivel de paisajismo, jardines, huertas, huertas escolares, huertas de consumo, es un campo de acción que está cada vez más desarrollado y adquiere más importancia”.

La maestría de la FCA fue la primera de su tipo en el país, con lo que formó a profesionales de toda la Argentina y convocó a un cuerpo docente de gran prestigio. “Muchos de mis compañeros eran del INTA porque era la única maestría en esta especialidad en Argentina, uno venía de Tierra del Fuego y otro de Salta”, recordó. Al dictarse bajo la modalidad intensiva, se facilita la presencia de estudiantes del interior del país, que combinan la formación académica con el ejercicio de la profesión.

Al margen de la modalidad de posgrado que se siga, Weber destaca la importancia de mantenerse actualizado en la profesión y acceder a un estudio en el cuarto nivel. “Estos programas siempre suman y aunque no te sirvan para lo que uno hace puntualmente, se puede aplicar a cualquier área de trabajo, es una formación que va más allá de lo específico del contenido que te dan. La formación tiene que ser continua, a medida que uno tenga la capacidad y posibilidad de seguir perfeccionadse y formándose tiene que hacerlo”, concluyó.