Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabajan en generar una colección de bacterias autóctonas de la provincia de Santa Fe con propiedades insecticidas. El objetivo es usarlas para crear biopesticidas para aplicar a los cultivos y para contrarrestar la resistencia que adquieren los insectos. Hasta ahora dieron muy buenos resultados las cepas aisladas en la localidad de Cululú.

Leopoldo Palma, investigador del CONICET y que se desempeña en el área de Sanidad Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la UNL, trabaja en el aislamiento, identificación y caracterización de bacterias de la especie Bacillus thuringiensis o Bt, muy conocida por sus cualidades insecticidas. “Esa propiedad se debe a que son capaces de producir algunas proteína que tienen una alta actividad tóxica muy específica contra algunos insectos. Es por eso que se pueden usar como biopesticidas o bioinsecticidas no tóxicos para el resto de los insectos beneficiosos, ni para el ser humano ni los animales”, sostuvo.

De este modo, Palma, dentro de las actividades propuestas en su proyecto de investigación, se dedicó a tomar muestras de suelo de diferentes zonas de la provincia de Santa Fe. La idea es conformar un cepario de bacterias que permita identificar aquellas que sean aptas por sus propiedades insecticidas, para utilizarlas en el diseño de nuevos biopesticidas o la construcción de plantas transgénicas resistentes a los insectos plaga.

“La variabilidad genética de estas bacterias suele ser bastante amplia, por lo cual son capaces de producir un gran número de proteínas tóxicas para los insectos con distintas especificidades. Pueden actuar contra lepidópteros, coleópteros, otras plagas de los cultivos y mosquitos vectores de enfermedades. La idea es aislar nuestras cepas tratando de encontrar especificidades desconocidas hasta la fecha, porque serían un recurso autóctono de gran valor para nuestro país”, resumió.

Comenzaron la toma de muestras en Esperanza y luego continuaron en toda la zona. La idea es llegar a tomarlas de diversos puntos del país. De esta manera, aumentarán las posibilidades de encontrar más variabilidad genética. Hasta el momento aislaron 12 cepas tipo Bt, entre las cuales se destacan las de la localidad de Cululú, que provocó en laboratorio una mortalidad del 80 por ciento en larvas de Spodoptera cosmioides. “Hay que probar con más especies, pero al menos ya vimos que contra ésta funciona bien”, por lo que la posibilidad de que sea activa contra algunas especies relacionadas es bastante amplia, contó.

 

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